22-04-2012 / La Curva S
La Curva S
Te doy la bienvenida a La Curva S. Te hemos estado esperando.
Pasa, quítate tus calcetas y zapatos.
Entra al agua. No tengas miedo, es seguro.
Cierra tus ojos por un momento. Siente el agua fresca acariciar tus pies mientras fluye. Escucha su sonido mientras se lleva tus preocupaciones.
¿Puedes sentir lo infinito de su fluir?
Ahora abre los ojos. ¿Puedes ver el abundante verde que te rodea?
Ese es el color de la vida.
La vida que te rodea.
La vida de la que eres parte.
Escucha a la música del viento soplando a través de los árboles. Obsérvalos bailar la Danza de Primavera para ti. Lo delicado que se mueven sus ramas al ritmo que provee el soplo del aire que corre entre ellas.
Las aves en los árboles son el coro de apoyo que ayudan a que ésta magnífica obra se realice.
Intenta sentir las piedras bajo tus pies, solo no te muevas. Son tu puente entre la tierra y el agua pero debe ser tratado con cuidado.
Como tú.
Como yo.
¿Puedes ver los árboles a la izquierda? Esos son jovencitos. Deben de tener 100 años. Con el tiempo, mucho después de que tú y yo nos hayamos ido, tendrán 1000 años, como sus parientes de la derecha.
Lo que no sabes es que están emocionados de verte. ¿Lo estás tú?
La montaña ha abierto sus ojos para saludarte. Ella está ahora en la sombra y pronto caerá en un sueño profundo pero desea que tú disfrutes de la luz del sol mientras está aquí.
Te recargará y hará sentir como nuevo.
Camina más hacia dentro del agua. Justo lo suficiente para que te llegue a la cintura.
Sé parte del agua.
De los árboles.
De las piedras.
Del pasto.
De la montaña.
Del cielo.
De la luz.
Solo... sé...
Es hora de irnos. Sal del agua. Las sombras tienen que hacerse cargo para proteger este lugar durante la noche.
¡Pero espera!
¿Ves esa línea blanca en tu cintura?
El bosque y el río te han marcado como uno de ellos. Ahora tienes la misma marca que los árboles.
Cuando que necesites liberar toda esa turbulencia interior, siempre te daremos la bienvenida de vuelta a La Curva S.
¿Te sientes mejor ahora?
Espero que sí.
Hasta la próxima...
Pasa, quítate tus calcetas y zapatos.
Entra al agua. No tengas miedo, es seguro.
Cierra tus ojos por un momento. Siente el agua fresca acariciar tus pies mientras fluye. Escucha su sonido mientras se lleva tus preocupaciones.
¿Puedes sentir lo infinito de su fluir?
Ahora abre los ojos. ¿Puedes ver el abundante verde que te rodea?
Ese es el color de la vida.
La vida que te rodea.
La vida de la que eres parte.
Escucha a la música del viento soplando a través de los árboles. Obsérvalos bailar la Danza de Primavera para ti. Lo delicado que se mueven sus ramas al ritmo que provee el soplo del aire que corre entre ellas.
Las aves en los árboles son el coro de apoyo que ayudan a que ésta magnífica obra se realice.
Intenta sentir las piedras bajo tus pies, solo no te muevas. Son tu puente entre la tierra y el agua pero debe ser tratado con cuidado.
Como tú.
Como yo.
¿Puedes ver los árboles a la izquierda? Esos son jovencitos. Deben de tener 100 años. Con el tiempo, mucho después de que tú y yo nos hayamos ido, tendrán 1000 años, como sus parientes de la derecha.
Lo que no sabes es que están emocionados de verte. ¿Lo estás tú?
La montaña ha abierto sus ojos para saludarte. Ella está ahora en la sombra y pronto caerá en un sueño profundo pero desea que tú disfrutes de la luz del sol mientras está aquí.
Te recargará y hará sentir como nuevo.
Camina más hacia dentro del agua. Justo lo suficiente para que te llegue a la cintura.
Sé parte del agua.
De los árboles.
De las piedras.
Del pasto.
De la montaña.
Del cielo.
De la luz.
Solo... sé...
Es hora de irnos. Sal del agua. Las sombras tienen que hacerse cargo para proteger este lugar durante la noche.
¡Pero espera!
¿Ves esa línea blanca en tu cintura?
El bosque y el río te han marcado como uno de ellos. Ahora tienes la misma marca que los árboles.
Cuando que necesites liberar toda esa turbulencia interior, siempre te daremos la bienvenida de vuelta a La Curva S.
¿Te sientes mejor ahora?
Espero que sí.
Hasta la próxima...
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