03-10-2010 / El Camino A Seguir
El Camino A Seguir
Uno de los problemas de la vida es que no viene con un manual de instrucciones, lo cual abre todo a millones de posibilidades. A veces eso es muy liberador, a veces es demasiado confuso.
Hay los que escogen el camino probado por otros y lo siguen hasta donde termina. Hay los que abren camino donde no lo hay, con el consecuente riesgo de fracasar como los demás o de tener éxito donde otros fallaron.
Se nos dice que la escuela es una forma de prepararnos para el futuro, pero la cruel realidad es que la escuela es solo una guardería costosa que al final emite un papel que acredita que, efectivamente, asistimos a esa guardería y tal vez aprendimos algo en el camino.
Pero realmente no se nos prepara para cuando llegamos al punto que muestra la fotografía: ¿qué camino tomar para el resto de nuestras vidas?
Éste aspecto nos acosa toda la vida, de pequeños solemos tener una idea de qué haremos de grandes basados en lo que nos impacta en ese momento, pero conforme vamos creciendo, algunos se mantienen en esa idea, otros dudan, otros cambian de opinión por completo (por decisión propia o porque alguien o las circunstancias los empujaron).
Siempre he creído que preguntarle a un adolescente qué va a hacer con su vida es una pregunta demasiado estresante tomando en cuenta que está pasando por demasiados cambios de por sí.
Sin embargo, al final, un camino debe ser elegido.
No todos podemos transitar el mismo camino; a pesar de cuanto se empuja en estos días el concepto de la importancia de los grupos, la individualidad también es importante.
Cada persona es un universo, y por lo tanto, no podemos entrar todos en el mismo molde.
Tomando en cuenta el hecho de que cada quien tiene que vivir con las consecuencias de sus decisiones, el elegir qué camino seguir es una de las decisiones más importantes que una persona puede tener.
Y sin embargo, es una en donde más se mete la gente a dar su opinión.
Mi recomendación siempre ha sido la siguiente: escoge un camino en el puedas hacer lo que tú quieres, no lo que otros quieren que hagas, porque al final, cuando sientas que desperdiciaste tu vida por hacerle caso a otros, cuando te sientas frustrado por no perseguir lo que querías, cuando te des cuenta que ya se te acabó el tiempo, el único que va a estar ahí para pagar los platos rotos es uno mismo, porqué fue uno mismo el que se dejó desviar o distraer por otros.
Tampoco hay que olvidar que cuando uno decide que el camino actual ya no funciona, siempre se puede escoger otro. La clave es no permanecer en el que ya no sirve más tiempo del necesario.
Los caminos llevan a muchos lados, sin embargo, la pregunta clave que uno se debe hacer siempre es: ¿éste camino me va a llevar hacia donde quiero?
Escoge con cuidado, y recuerda que en donde no hay camino, siempre puedes crearlo.
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