12-08-2018 / Visiones Personales #7: El Reloj Marchito

El Reloj Marchito


En ésta entrada presento la séptima entrega de la serie Visiones Personales titulada: El Reloj Marchito.



Comentario técnico:

Tal vez no lo parezca, pero ésta fue una toma particularmente difícil de hacer.

Lo sé, "¿qué tan difícil puede ser tomar un objeto inmóvil?" ¿Cierto?

La respuesta es "bastante difícil" cuando lees la letra chica de ésta fotografía en específico.

El resultado final que aquí ves se logró haciendo uso de varios trucos que he aprendido a través de mi carrera. Por obvias razones no abarcaré a profundidad esos trucos pero sí discutiré algunos de los aspectos que ayudaron a lograr ésta imagen.

Lo primero que debes de saber es que ésta fotografía fue tomada durante los últimos momentos del ocaso (cuando el cielo está a punto de cambiar de azul a negro).

Esto quería decir que no podía simplemente apuntar y disparar sin preocupaciones porque estaba restringido a utilizar velocidades lentas. 

La restricción estaba impuesta, en parte, por el lente que estaba usando: un lente telefoto. Si no sabes qué es eso y sin entrar en demasiados aspectos técnicos, es básicamente un lente fotográfico diseñado para mirar a objetos que están demasiado lejos de ti o para aumentar el tamaño de sus detalles sin poner la cámara en sus caras.

A menos que estés utilizando un lente telefoto como los que usan los fotógrafos de eventos deportivos (coloquialmente conocidos como "lentes bazuca") que permiten que mucha luz pase a través de ellos, estás forzado a trabajar con niveles más bajos de brillo.

Tal era mi caso. Si bien el lente telefoto que estaba utilizando permite un nivel de brillo decente aun en poca luz, en este caso no era suficiente.

Para compensar eso, tuve que utilizar una velocidad de disparo más lenta pero esto implicaba que si me movía demasiado, la imagen quedaría movida y arruinada.

Ah sí, olvidé mencionar que mientras más largo es el lente, más obvio y molesto es el movimiento bajo el que la cámara tiene que operar: ya sea que estés en una plataforma poco estable, el viento esté soplando o el movimiento de tus manos al sostenerla.

Si te quieres dar una idea de cuán molesto puede ser ese movimiento a largas distancias, checa éste video. Nota como el movimiento es muchísimo menos visible conforme la toma se vuelve más amplia y la montaña se ve más lejos.

Añadamos una capa más de complejidad que ya debería ser obvia: estaba apuntando la cámara hacia arriba, en otras palabras, disparando en un ángulo. Eso implicaba tener el peso de la cámara contra mi cara, específicamente en mi ojo.

Para recapitular: condiciones de poca luz, utilizando un lente largo y disparando en ángulo.

¿Cómo resuelves esto?

La respuesta corta es: vuélvete bueno en el tema.

La respuesta larga es: necesitas practicar mucho bajo éstas condiciones hasta que seas capaz de obtener una imagen fija y nítida en lugar de una movida y desenfocada. La única excepción a lo anterior sería si estás buscando un resultado así intencionalmente.

Una vez que domines eso, es simple cuestión de enfocar apropiadamente a través de un visor oscuro y asegurarte de no arruinar la toma por presionar demasiado fuerte el botón para disparar.

Si suena difícil o complicado eso es porque lo es. Ésta es una de las cosas que la gente que no sabe de fotografía suele ignorar por completo cuando dicen "yo pude haber tomado esa foto".

La respuesta apropiada para eso es: "Pero no lo hiciste, así que calla".

Solo tomé 4 imágenes del reloj, y todas son diferentes entre sí en cuanto a composición refiere. Todas se ven diferente.

Únicamente hay 4 porque son todas las que necesitaba. A estas alturas debe de ser claro que no me gusta disparar sin tener un concepto previo ya hecho en mi cabeza de cómo quiero que se vea la imagen. Tampoco creo que en la filosofía de tomar 500 fotografías de la misma cosa y rezar porque una de ellas se vea bien. Si 1 tiro no es suficiente, 99 más no lo serán tampoco. Al menos esa es mi opinión.

La parte de post-producción de esta imagen en particular fue bastante directa en comparación a entradas previas. Sabía que quería que el reloj se viera deteriorado y marchito pero no quería que se viera como algo de los 1800. Quería que fuera algo atemporal.

El lograr esa vista fue un proceso mucho más rápido que la captura de la toma en sí. Sabía que la podía lograr pero tenía que resolver varias capas de complejidad para obtener el resultado que quería. Mencioné 3 de esas capas pero si recuerdo bien, había 7 problemas que necesitaban resolverse al mismo tiempo para lograr el tiro que buscaba.

Interesante es el hecho de que no hay otras versiones de ésta toma. Esta vez el proceso de captura a post-producción fue mucho más sucinto.

Pero esa clase de eficiencia y certeza solo se obtiene mediante la experiencia que provee la práctica y previsión.


Comentario personal:

Siempre me han encantado los relojes, ya sean de uso personal, decorativo o arquitectónico. Éste reloj en particular tiene 119 años. Fue instalado en 1899 en una torre de estilo morisco la cual fue comisionada y construida para proveer a la ciudad de Lerdo con un reloj público que se asemejara a los que se encontraban en otras ciudades importantes del país, después de haber obtenido el estatus oficial de "ciudad" en 1894.

Desafortunadamente el reloj ha caído en desuso y deterioro debido a una falta de mantenimiento a través de los años, lo cual le ha dado la pinta que se ve en la imagen.

Esa fue la palabra clave para mí cuando tomé ésta imagen: Deterioro y la ironía de como un instrumento diseñado para contar el tiempo se perdió en él y sucumbió a sus efectos.

No sé exactamente cuándo dejó de funcionar el reloj, pero por lo que se ve, eso fue hace mucho tiempo.

Si bien la torre del reloj se construyó a finales del siglo XIX, no quería que se viera de esa época. Quería que fuera atemporal porque eso es lo que el reloj ya no tiene: tiempo. Solo da la hora bien dos veces al día por mera inercia...

Para mí, su cara se está derritiendo, lo cual quise resaltar y enfatizar al añadir la corona de llamas a la izquierda; para que parezca que se está quemando lentamente.

Las rallas de luz en la derecha ayudan a recalcar el hecho de que el reloj se ha detenido y por lo tanto, el continuo espacio-tiempo se ha roto y hay fugas de luz en donde no debería haberlas. Como una cinta de video dañada mostrando colores donde no debería.

El color fue elegido para añadir drama a la idea general detrás de la imagen. También ayudó para hacer más prominentes las manchas de humedad alrededor del borde del reloj, enfatizando aún más la noción de que se está descomponiendo como un cadáver.

El contraste entre las zonas brillantes y oscuras de la cara fueron resaltadas con el mismo propósito. En la captura original, la diferencia es visible pero no es tan marcada.

El detalle en la pared debajo del reloj podría ser interpretado como hongos que se han estado comiendo la torre; ha pasado tanto tiempo desde que alguien le puso atención que actualmente otros seres lo están usando para sobrevivir.

Es triste cuando uno se da cuenta del hecho de que muchas cosas se pueden mantener andando si tan solo se aplica el mantenimiento apropiado cuando es necesario. Lo más probable es que a la larga el mantenimiento del reloj resulte más barato que tener que invertir en reactivarlo.

Pero mucha gente desafortunadamente prefiere causar el problema y arreglarlo en lugar de evitarlo en primer lugar.

¿Cuánto tiempo se puede hacer eso antes de que se acabe el tiempo?

Eran diez para las nueve en punto
Fue la hora en que las trompetas en el cielo sonaron furiosas
El viento súbitamente se detuvo
Solo había...

Silencio

Debimos de haber visto las señales
Nos estuvo advirtiendo
Pero nadie se molestó en mirar hacia arriba y notar que
El medidor del tiempo ya no estaba midiendo el tiempo

Nadie notó la ausencia del tic-tac
Fracasamos en notar las cicatrices de luz a nuestro alrededor
Nos cegamos al hecho de que el cielo ardía sobre nosotros
Ignoramos el mantener al reloj andando

El tiempo se acababa
Quién diablos sabe qué era lo que esperábamos

Ahora el reloj está ardiendo y marchitándose
El mismo destino nos aguarda

Pero lo único que ahora me puedo preguntar es

¿Por qué fue tan complicado el evitarlo?




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