26/12/2018 / Visiones Personales #11: Nervios Expuestos

Nervios Expuestos

En ésta entrada presento la onceava entrega de la serie Visiones PersonalesNervios Expuestos.


Comentario técnico:

El lugar donde tomé esta fotografía es uno que conozco bien, he estado ahí bastantes veces a través del tiempo.

Curiosamente, ese lugar podría haberse quedado quieto en el tiempo si tan solo la gente que vive alrededor de ahí, sus visitantes y artistas de poca ética ambiental hubieran procurado mantener su impacto al mínimo.

¿Pero para qué cuidar lo que es de todos si podemos ser egoístas y sacar nuestro beneficio personal ahora sin que nada más importe, cierto?

Es por eso que la cara del lugar ha cambiado en cada visita que he hecho. Lo cual por un lado es triste, pero por el otro implica que siempre hay algo nuevo que ver, incluso si no es agradable.

En mi visita más reciente tuve que preguntarme: "¿Qué puedo tomar de éste lugar que no haya tomado ya?".

Uno de los cambios que había esta vez fue que las torres que hay ahí habían estado siendo devoradas lentamente para extraer las varillas metálicas que forman parte de su estructura.

Personalmente no me daba mucho gusto la escena pero debo de admitir que al ver las torres en éste estado me sentí muy identificado debido a cómo me sentía por dentro en ese punto en el tiempo.

Esa sensación fue la que me motivó a realizar ésta y otras capturas al respecto, tratando de capturar la sensación y emoción de una herida abierta que muestra todo lo que hay debajo de la superficie. Eso que no debería estar expuesto normalmente.

Este caso fue uno donde la imagen final dependía 50% de lo que hiciera durante la captura y 50% de lo que hiciera durante post-producción.

Ese porcentaje tiende a variar hacia un lado u otro dependiendo de lo que se quiera hacer en la imagen final. 

En el aspecto de captura, tenía que encuadrar la imagen para que se viera como una herida abierta. Principalmente se tenía que ver el daño pero también era necesario un marco de referencia que mostrara, aunque fuera solo un poco, lo que normalmente debería estar ahí.

Encontrar el balance entre el daño y lo intacto fue difícil; demasiado daño hacía que se perdiera por completo el contexto en sí y solo pareciera una textura. Demasiado porcentaje de lo intacto hacía menor el impacto visual del área dañada.

En esta fotografía en particular siento que logré el balance adecuado.

Habiendo dicho eso, la post-producción fue un problema completamente diferente.

Habiendo logrado el balance que buscaba durante la captura, ahora necesitaba encontrar la manera de resaltar el punto que quería desde un principio.

Eso requirió cambiar el peso de los colores; en la captura original, el color más intenso era el azul del cielo en la izquierda y el detalle de la torre se veía un tanto plano. No tenía el impacto que estaba buscando.

Decidí enmudecer el azul lo más posible justo hasta el punto antes de que se volviera gris para evitar un choque visual entre los colores finales de la imagen y porque en éste caso en particular el azul del cielo no es una zona de atención.

Haciendo ajustes en los colores particulares de la imagen pude lograr el efecto de sangrado que buscaba. Al ver las varillas expuestas por primera vez tuve la sensación de ver musculo y tejido expuesto. Eso era exactamente lo que quería expresar.

Había un punto en el cual no me podía pasar con el color rojo en la imagen porque se veía demasiado... falso. Se veía como si hubiera pintado personalmente el concreto usando brochas o rodillos.

Quería una apariencia más orgánica y ésta fue la versión que logró ese efecto en mi opinión.

Otra cosa que buscaba al alterar el color fue hacer que las varillas se vieran como si estuvieran cubiertas de sangre, después de todo, tanto los nervios como las varillas suelen estar debajo de capas de piel y concreto para su protección.

Lo más obvio al exponer un nervio es que esté lleno de sangre.

Finalmente agregué un toque de rasgaduras en la fotografía para dejar una marca visual del paso de lo que sea que haya causado ese daño. Sin ella, la imagen se seguía viendo demasiado intacta. Es de esos pequeños detalles que terminan de resolver a la imagen y el concepto en general. 

Es como el detalle de luz que utilicé para El Hombre Que Contempla.

Desde el principio busqué una imagen que fuera cruda e incómoda, que doliera, que ardiera, que no fuera posible quitarle la mirada por esa curiosidad que a todos nos da al ver algo que sabemos que está ahí pero que no vemos todos los días.

Al menos para mí, esta fotografía siempre va a representar esas heridas abiertas que cargamos y el efecto que pueden tener en nosotros.



Comentario personal:


Esta fue una fotografía que necesitaba hacer como una forma de catarsis.

Para cuando la tomé, estaba pasando a través de varios incidentes que habían causado demasiado daño en mi interior pero estaba intentando continuar a pesar de ellos.

No era exactamente cómodo pero lo estaba haciendo.

Sin embargo, eso no cambió el hecho de que sentía demasiado todo el tiempo y llegaba al punto en que me saturaba esa hipersensibilidad que me volvía insensible por completo.

Justo como cuando una herida con nervios expuestos hace: es extremadamente dolorosa hasta que el cerebro interviene y bloquea el dolor asociado con ella.

Esas varillas para mí siempre han sido nervios. Esa fue la sensación exacta que tuve cuando las vi por primera vez porque sentí como todo por dentro de mí ardió al ver esa escena. 

Fue ver en un espejo lo que sentía en ese entonces. Esa confusa paradoja de sentir demasiado y nada a la vez. 

Es un hecho que fue demasiado incómodo para mí tomar esta fotografía. En parte, esa fue una razón por la cual me fue tan difícil componer la imagen para empezar: pensar en cómo tomar una fotografía mientras todo te duele por dentro es... incómodo. 

Entre cómo me sentía en general y cómo me hacía sentir el sentirme identificado con esa escena, me distraía demasiado. Me sentía como un nervio expuesto.

Supongo que se fue el dolor el que tatuó la imagen final en mi mente y por lo cual nunca perdí noción de cómo quería que se viera al final. 

Era muy importante para mí el poder lograr el efecto de sangrado en el resultado final porque una herida profunda sin sangre se vería artificial y falsa. Además, es una forma más de expresar hasta qué punto ha llegado el daño hacia el interior.

Las diferencias de colores crean un efecto interesante. Por un lado está la sangre fresca (rojo) y la sangre que ya ha coagulado (naranja); la sangre más reciente contra la que ya tiene tiempo expuesta al aire.

Mismo caso con los nervios; hay algunos que están sangrando lo cual quiere decir que fueron expuestos recientemente y hay los que ya no tiene sangre, los que ya se quemaron por la sobrecarga de sensaciones.

El nervio más largo que recorre la imagen por completo es el que más me duele porque ese representa el tema principal que propició esta fotografía. Por eso es el que está cubierto de sangre de punta a punta; era el más reciente en ser expuesto y el que más ardía.

Heridas así suelen arder, suelen picar, suelen doler, suelen saturar la mente y nublar el juicio, suelen hacer sudar y hacernos ir a rincones en nuestra mente que no son fáciles de controlar. 

Algunos las cubren para pretender que no está ahí, otros se distraen con cualquier clase de cosas para no sentir ese dolor, otros las solemos traer expuestas hasta que la herida se seque y cicatrice por si misma o hasta que el dolor nos sature y nos volvamos insensibles por completo.

Lo ideal suele ser atender heridas así lo más pronto posible pero habemos algunos que necesitamos que duela y arda para aprender la lección y evitar hacernos una herida así de nuevo.

En cuanto a mí, creo que ahora puedo poner éste nervio en particular en donde pertenece. Ya no necesita estar expuesto pues ya hay algo para representar esa sensación.

De ahora en adelante, esta fotografía dirá lo que ese nervio ya está muy dañado para decir.


Jala esta hebra
Exponla al aire
Mira cómo se retuerce
Siente cómo se quema

Dobla esa hebra
Haz que duela
Haz que sangre
Ahora déjala ir

Tírala al piso
Mira cómo se convulsiona
Dile que estará bien
Dile que todo saldrá bien

¿Lo puedes ver?
El cuánto siente
El cuánto duele
El cuánto se satura

Ya está hecho
Está quieto y en calma
No porque haya sanado
Sino porque ahora es inerte

Estará así por un rato
Luego se volverá a saturar
Se retorcerá, arderá y dolerá
Todo de nuevo, todo al mismo tiempo

Hasta que se carbonicé por completo
Luego vendrá el viento
Y se lo llevará lentamente
Pieza por pieza, átomo por átomo

Hasta que no quede nada

Hasta que no haya más nervios expuestos

Tal vez entonces podamos descansar






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